Transición energética – Perspectiva desde el desarrollo de proyectos FV – Víctor Suárez
La transición energética debe estar anclada a los ODS, buscando pasar del sistema tradicional a redes inteligentes.
Presentación y resumen del contenido.
La transición energética debe estar anclada a los ODS, buscando pasar del sistema tradicional a redes inteligentes, lo cual representa una gran complejidad, pero un nuevo mundo digitalizado y más democratizado. Tras un análisis de cada uno de los ítems tarifarios del servicio de energía eléctrica, se revela que el más costoso, por lo regular, es el de distribución, por tanto, hay que tenerlo en cuenta en el momento de plantear nuevas alternativas. Actualmente, las empresas generan el cobro de los incentivos tributarios por las grandes inversiones que realizan en proyectos de energías renovables, ya que, difícilmente llegan a los pequeños generadores. En cuanto al tema normativo de la transición, se destaca la inclusión del usuario como actor activo, donde puede ser auto generador de energía y generador de distribución de energía.
La entrada de nueva tecnología, el almacenamiento y la digitalización en los procesos que entran a la cadena de valor de la producción, supone un cambio radical en la prestación del servicio tal y como se conoce hoy y por supuesto se verán cambios en aspectos culturales, económicos y sociales.
Uno de los aspectos que más genera trabas en este momento en la generación de energías limpias, es el almacenamiento, lo cual supone restricciones en el aprovechamiento de la energía. Sin embargo, supone una mayor cobertura, por ejemplo, en sectores rurales con desventajas directamente incrementando costos, en el caso particular de la energía solar. Otra de las desventajas que se afrontan en Colombia frente a la transición energética es que no se produce tecnología diseñada para cubrir sus propias necesidades, sino que todos los quipos necesarios se importan sobre todo desde EEEUU y China, por ende, se generan sobrecostos en los proyectos y la verdadera barrera es que la creación de industria colombiana en esta actividad no podría llegar a competir en costos de producción frente a los precios que ofrecen las potencias.
En Colombia ha crecido exponencialmente la “movilidad eléctrica”, en gran medida a la par del parque automotor eléctrico y genera gran expectativa a un futuro cercano.
Así mismo, los fabricantes de vehículos eléctricos también apuestan activamente en la mejora de las fuentes de energía para su funcionamiento, probando en algunos casos el hidrógeno que, en muchas ocasiones, ofrece ventajas sobre todo en aspectos de autonomía, el hidrógeno puede plantearse como una alternativa en el reemplazo de los hidrocarburos.